viernes, 30 de diciembre de 2011

Sacramento Kings, un año de emociones

El año 2011 llega a su fin y como cada año que se va, es momento de reflexionar sobre lo pasado.

Muy complicados han vuelto a ser los últimos 365 días para Sacramento Kings. Tan sólo 12 días después de arrancar el nuevo año, la franquicia anunció que el pabellón pasaría a llamarse Power Balance Pavillion. El ARCO Arena dejaba de existir como tal.

Así llegó febrero. Mes de traspasos, como el de Marcus Thornton, de All-Star con DeMarcus Cousins brillando entre los rookies, con peleas en el vestuario entre Cousins y Donté Greene, pero sobre todo, con la larga sombra de la posible marcha del equipo a Anaheim.

Poca actividad importante se vivió en la ciudad durante el mes de marzo, y así llegó abril. Con él, la rajada de un disgustado Omri Casspi, que veía caer sus minutos en pista. Menos de tres meses después sería traspasado. Al día siguiente, Tyreke Evans nos dejaba una maravilla frente a San Antonio Spurs, un mate que Gary Neal recordará toda su vida. El 21 de abril siempre tendrá un sitio en la historia de la franquicia. Un día como ese, de 1951, los Rochester Royals ganaron el único anillo de la franquicia.

Apenas cuatro meses después de que Anaheim estuviera más cerca de Sacramento que nunca, la NBA consideró mantener al equipo en la ciudad hasta, al menos, 2012. Habría Kings durante un curso más.

Mayo y junio huelen a draft, a workouts y este año a lockout. Pero antes, la voluntad de las bolitas quiso que Sacramento tuviera el pick 7, un número que fue traspaso para elegir a Jimmer Fredette en el décimo puesto. Pero antes, Antoine Wright se quedó a gusto al hablar de su pasado en la franquicia californiana.

Durante el verano, vimos a Francisco García lograr el bronce en el FIBA Américas, conocimos los 50 mejores jugadores de los Kings en Sacramento, además de conocer un poco más en profundidad la historia de la franquicia gracias a Sam Lacey y la primera final de conferencia de la franquicia.

Por si fuera poco, los Kings salieron a la palestra cuando Magic Johnson dijo estar interesado en invetir en la franquicia, o cuando Donté Greene devolvió el baloncesto a Sacramento en pleno lockout. Además, hubo visita fugaz a Europa por parte de JJ Hickson y Tyreke Evans.

Tras el inicio de la liga regular, los Kings se apresuraron a atar a Marcus Thornton y a Chuck Hayes, aunque el forward tuviera que dejar el baloncesto momentáneamente. Entre tanto, los Kings firmaban a Travis Outlaw y a los pocos días, volvía Hayes.

Éste ha sido el resumen de un año duro, con muchos problemas deportivos y fuera de la cancha, pero que, al menos, ha servido para disfrutar de otros 365 días de baloncesto en Sacramento.