martes, 4 de marzo de 2008

Aquellos Maravillosos Años...

Año 2000, un hombre de barba blanca se disponia a comenzar una temporada mas al frente de los Sacramento Kings. Estos, habian llegado el año pasado a la segunda ronda de play-offs en el oeste, pero este año, el equipo era mucho mas completo y las aspiraciones debian ser mayores.

Aquellos reyes sembraron el inicio de lo que despues de llamarian Run&Gun. Ese equipo, era un poco el equipo de todos aquellos, que no querian que los Lakers ganaran y a punto estuvo de ser asi.

El equipo estaba comandado por dos postes de lo mas geniales que se han visto nunca: la escuela serbia de Vlade Divac y el talento sin control de Chris Webber. Eran unas de las parejas interiores con mas calidad que nunca se han visto, ni Robinson ni Duncan, ni Olajuwon ni Barkley, ni Malone con el que le pusieran, nadie, tenia tanto talento como aquellos dos genios.


Las alas, eran para dos jugadores perfectamente compatibles; uno defensor y otro, un gran tirador. Doug Christie, se encargaba cada noche de defender a los grandes aleros de la liga. Habia llegado esa temporada, procedente de Toronto, pero no contaba con la fama que hoy tendria gente como Bowen. En el otro lado, Peja Stojakovic, un mas que fiable tirador, se encargaba de ser el Divac de fuera de la zona. Con una mecanica un tanto peculiar, se encargaba de anotar en los momentos calientes.

Pero todo eso, no hubiera sido tan Showtime, si el bueno de Chocolate Blanco no hubiera aparecido por aquellas tierras. Era el espectaculo en persona, el talento en un hombre, un jugador blanco que jugaba como un negro, el mas firme ejemplo de habilidad e imagincion.

El banquillo, estaba mas que poblado. En el se podia ver cada noche a, Darrick Martin y Bobby Jackson sustituyendo a Williams. Los aleros estaba bien resguardados por Nick Anderson, Jon Barry y la pasion turca, Hedo Turkoglu. Mientras que en el poste, era seguramente donde peor lo pasaban. Salian desde el banquillo gente como, Funderburke o Scott Pollard.

Aquellos años de magia en Sacramento terminaron, como termina un ciclo, pero, a todos lo que crecimos viendo baloncesto, nos quedara la imagen de Williams dando pases sin mirar, del juego de pies de Divac, te la fuerza de Webber, de la defensa de Pollard, de la intensidad de Doug Christie, del buen hacer de todos y cada uno de aquellos hombres que lucharon por lo que no consiguieron: el anillo.