lunes, 5 de diciembre de 2016

Sólo tres jugadores de los Kings mejoran sus estadísticas de la temporada pasada

DeMarcus Cousins, Rudy Gay y Ty Lawson son los únicos jugadores de los Sacramento Kings que esta temporada están mejorando sus estadísticas de la pasada temporada. Si descartamos a los tres novatos, podemos concluir que nueve de los doce jugadores que ya estaban en la NBA hace un año han empeorado sus cifras durante lo que va de temporada.

Mientras en el cómputo general, el rendimiento del equipo es similar -suma siete victorias en 19 partidos igual que la temporada pasada- el rendimiento personal de muchos jugadores está claramente por debajo de lo esperado y de lo mostrado. 

En este apartado destacan Darren Collison, Arron Afflalo y Matt Barnes. Los tres jugadores estaban llamados a ser jugadores con un rol muy importante en la primera campaña de Dave Joerger en Sacramento. Sin embargo, sus cifras han decaído notablemente. En el caso de los aleros, ambos han pasado de anotar al menos 10 puntos por partido, a no llegar ninguno de ellos a los 9. Además, ni Afflalo ni Barnes están anotado más del 32% de los triples que lanzan. 

En el caso de Collison, la caída no es tan sangrante como en los dos casos anteriores, pero sí importante de cara al juego del equipo. Su comienzo tardío de temporada tiene mucha relación. 

Tampoco es demasiado positivo el rendimiento de otros muchos jugadores con roles muy definidos. Por ejemplo, Ben McLemore y Anthony Tolliver -que suman los peores números de sus respectivas carreras profesionales-, o Kosta Koufos y Omri Casspi, muy lejos de su rendimientos en otras campañas. También es notable, en lo negativo, el aspecto estadístico en Willie Cauley-Stein, que empeora todas sus cifras con respecto a su temporada de novato.

En un nivel intermedio tendríamos que situar a Garrett Temple. El jugador multiusos suma peores números que la temporada pasada en los Washington Wizards, pero aún así, sus cifras son las segundas mejores de su carrera. Además, Temple es el tipo de jugador al que las estadísticas no hacen justicia ni muestran todo su rendimiento en la cancha.