martes, 24 de noviembre de 2009

La Espiral De Spencer...

Spencer Hawes está triste, y no es la primera vez.

Cuando Brad Miller se marchó rumbo a Chicago el pasado febrero, todos vimos claro el momento de darle importancia en el juego a ese joven de 20 años. Incluso la genética parecía jugar a su favor, y es que los últimos centers titulares de los Kings parecían cortados por el mismo patrón: blanco, con tiro y buen pase...véase Divac, véase el citado Miller. Era el momento de Spencer.

Pero las buena sensaciones de final de temporada (16-7 en marzo, y 15-9 en abril), la buena conexión con Jason Thompson y su puntería desde más allá del arco, parecen haberse diluido.

Westphal sabía que tenía que motivarlo, y su manera de conseguirlo fue mandarle al banquillo por detrás de Sean May, algo que tocó el orgullo patrio del #31. El resultado fueron dos partidos mediocres (8-6, y, 2-4) y dos partidazos (22-10, y, 21-11-7, precisamente ante Memphis), y volvió a ser titular.

El bajo rendimiento de Spencer se debe a varios problemas, el primero y más 'grave' para la psicología de un jugador de baloncesto no es otro que el tiro. La pasada temporada, promedió un decente 35% desde mas allá de los 7 metros, un buen porcentaje para un hombre de su altura. Pero este año, ha tardado 12 partidos en conseguir su primer triple (contra Houston), y acumula un total de 2/17, con un 12%.

Otro problema del center es su mentalidad. Spencer suele acostumbrar a perder la paciencia en cuanto no le salen muy bien las primeras cosas. Si su tiro no entra desde el principio, o le pitan un par de faltas que él considera que no son, hemos perdido a Spencer para el resto del partido.

Un problema derivado de esa pérdida de paciencia, es el hecho de querer hacer cosas que no se deben hacer. Me explico. Westphal ha cortado la tendencia de Hawes de lanzar todo lo que pillara por detrás del triple si su defensor le flotaba mínimamente. Pero la clave del asunto sigue estando ahí. Cuando ve las cosas mal, tiene cierta tendencia a salir fuera, pedirla, hacer un reverso como si fuera un escolta...y perderla, como es lógico.

Pero no toda la culpa la tiene el chico, y es que apenas recibe bolas en el poste bajo, donde puede sacar ventajas y donde debe aprovechar sus ganchitos y su potencia. Su calidad está fuera de duda, y su implicación también, pero deben ser el resto del equipo quienes busquen en su hábitat natural al hombre que está llamado a ser el center del futuro de este equipo.

A ratos, el juego de Spencer puede resumirse en...sale fuera a pedirla -y a perderla-, se frustra e intenta arreglarlo con tiros que no entran..la espiral comienza a funcionar. Tic, tac, tic, tac...