jueves, 20 de enero de 2011

El miedo como estado mental

Anoche Sacramento Kings volvió a perder un partido que tenía controlado a falta de muy pocos minutos. Por desgracia, esta no es la primera vez en la temporada, en la que los Kings sufren miedo escénico en los minutos finales. Todo quedó bastante claro en diciembre, donde el equipo firmó una racha de 6 derrotas, e inmediatamente después, una de 8.

El miedo te paraliza, te hace dudar, el aro se aleja y va disminuyendo de tamaño según va corriendo el reloj. Sientes que la muñeca te tiembla, que si se la pasas a tus compañeros la van a fallar, no crees ser capaz de conseguir tu objetivo, y pierdes.

Algo así está sucediendo en Sacramento en las últimas semanas. En la última gira por el este, en 5 de los 6 partidos disputados, la diferencia final tuvo como máximo la decena de puntos. Sólo el partido contra Boston Celtics tuvo un claro ganador.

Lo de la pasada madrugada fue una pieza más en el puzzle de las derrotas que tan agusto se siente en Sacramento. Tercera prórroga de la temporada, y tercera derrota. Los Kings no ganan una prórroga desde el 9 de febrero de 2010.

Investigando un poco más, se observa un 6-9 cuando los partidos se deciden por cinco puntos o menos. Paradójicamente, seis de las nueve victorias del equipo -el 66'6% nada menos- han llegado en partidos igualados, donde las diferencias se cuentan con los dedos de una mano.

Decía hace unos días Beno Udrih, que a pesar de las derrotas, el nivel del equipo no es tan malo como muestra la clasificación, y no le falta razón. Podrían llegar hasta diez los partidos en los que Sacramento ha salido líder del tercer cuarto, y finalmente ha perdido.

Se podrá estar de acuerdo o no, pero la situación en la tabla es la que es. Penúltimos, y únicamente Cleveland Cavaliers con peores registros. Tras 40 partidos disputados, sólo hay 9 victorias. El año pasado a estas alturas, ya iban 15. Hace dos años, en la peor temporada de la historia de la franquicia, eran 10 victorias.

Podrá echarse la culpa a la juventud del roster, a la inexperiencia, a la mala suerte o al efecto mariposa. Únicamente se me ocurre una solución muy sencilla: no llegar a finales apretados. ¿Cómo? Defensa.