lunes, 16 de marzo de 2009

La Historia De Rick...

-Kevin, necesito tu ayuda. Es… es algo complicado. Tú eres muy religioso y sé que todo eso te sirve. Pero yo no tengo ni idea de cómo podría servirme… Me gustaría… pero… –resopló mientras agitaba la cabeza con aire preocupado- no sé… no sé…

Hablaron.

Y Kevin Johnson hizo lo posible por persuadirle de que sería algo pasajero, uno de esos temores que de vez en cuando asolan a un hombre. Echó el brazo por la espalda de su amigo y juntos acudieron a la capilla poco antes de iniciarse el partido que enfrentaba, en el Veterans de Phoenix, a Suns y Kings aquel lunes 17 de abril de 1989. Ambos se conocían desde hacía más de diez años, cuando las decenas de batallas de instituto en Sacramento habían conseguido unirles.

No se volverían a ver.

Cinco años después de que Magic Johnson naciera, Ricky Berry hacia lo propio en Lansing, Michigan. Ese chico, había crecido creyendo en los sueños que su “vecino” cumpliría mas tarde. Ese mismo chico, le había rogado a su madre que su padre se lo llevara con él a Oregon State. “Mamá, convéncele tú, por favor”.

Con su padre como entrenador, aumenta escandalosamente su rendimiento deportivo. Pasa de ser un jugador del montón a un hombre de 19 puntos por noche y casi un 60 % en triples, algo escandaloso para un jugador de 2’05. Previo paso por los Juegos Panamericanos, de donde se llevo la plata con Estados Unidos, Barry se iba a presentar al Draft de 1988.

Muy cerquita de ese día, Atlanta y Sacramento decidieron intercambiar posiciones y jugadores. Randy Wittman se marchaba a los Kings, y Reggie Theus sería compañero de Dominique Wilkins en los Hawks. Pero la supuesta delgadez y fragilidad física del chico, unidas a la tendencia a elegir hombres altos en las posiciones altas del sorteo, lo hicieron caer hasta el puesto número 18, donde los Kings no lo dejaron escapar.


Ya en los training camps, la fortaleza y la potencia de Berry asombraron a todos los entrenadores y compañeros de los Kings. Ante esto, Sacramento lo firmó en Agosto a razón de 300.000 dólares al año durante tres temporadas. Era una buena forma de comenzar. Pero la temporada de Sacramento iba camino de ser más que triste. Recién encuadrados en la Pacific Division, el equipo no daba señales de vida, pero todo cambiaría en poco tiempo.


Al equipo llego Wayman Tisdale procedente de Indiana, y Jerry Reynolds ponía toda su confianza en el novato. Pocos días después, Danny Ainge llegaba desde Boston en un traspaso que pronto quedó marcado al haber empujado Tisdale, en medio de un partido, al propio Ainge. Ese era el carácter que querían ver de Berry.

Pero en vez de incomodarle, Berry se vio muy beneficiado de la llegada del ahora General Manager, y en los dos últimos meses de competición ofreció sus mejores servicios: velocidad, tiro, grandes anotaciones….parecía el hombre del futuro de la franquicia, pero su vida privada no iba por tan buen camino.

El verano siguiente, el del 89, la compra de una lujosa casa en Fair Oaks, hizo que toda una futura estrella de la NBA, tuviera que ponerse a trabajar como vendedor de coches en un concesionario de Mazda.

El día 12 de Agosto, Rick Berry pasó la tarde con una pareja de amigos, y los invito a pasar el día siguiente juntos en su nueva casa. Después de darse un baño en la piscina, Ricky estuvo peleando en el ring con su amigo, pero algo le pasaba.


Las constantes disputas domésticas eran una realidad en la vida de Rick, y esa noche, con sus amigos fuera de la casa, la discusión llegó a límites insospechados. Su mujer, Valerie, se marchó dando un portazo a la casa y Berry supo que esa noche no iba ser una noche cualquiera.


Es ahí cuando Rick Berry, decide escribir una nota, su nota de despedida:


“Valerie, nunca me has querido. (...) Tan sólo deseas aprovecharte de mí. (...) Perdóname por esto. (...) Mamá, papá, os pido perdón. (...) Estad tranquilos, no sentiré ningún dolor. (...) Pamela, hermana mía, todo lo que tengo es para ti. (...) Sé que seré odiado por hacer esto, pero no me importa lo que piensen. (...)



PSS: PEACE, STOP THE BLACK ON BLACK VIOLENCE.
Ricky B”.

Acto seguido, se marchó a su habitación, abrió un cajón del que saco una semiautomática de 9 milímetros, y colocándola en la sien, disparó.