Apenas 12.000 habitantes recorren las calles de Indianola, una pequeña ciudad del oeste de Mississippi capital del Condado de Sunflower, y que tiene el honor de haber visto crecer a dos grandes en los suyo: el músico B. B. King y el NBA Sam Lacey.

Pero la llegada de Lacey supuso un salto cualitativo. Así, el pequeño chico negro de Indianola se había convertido, cuatro años después, en uno de los interiores más deseados del país merced a sus 16'3 puntos por partido, pero sobre todo a su capacidad reboteadora: 1.265 capturas en su periplo universitario, 14'2 rechaces por encuentro y directo al draft.
Y llegó el día. El sueño por el que había abandonado su Mississippi natal estaba a punto de cumplirse. Allí estaba su nombre junto al de su compañero Jim Collins, que apenas jugaría 74 partidos con Chicago Bulls, y no tardó en escucharse. Por delante de él, sólo nombres históricos: Bob Lanier, Rudy Tomjanovich, Pete Maravich y Dave Cowens. El quinto era el de Lacey. Destino Cincinnati Royals.
Los Royals eran un equipo joven al que la ciudad cada vez quería menos, y así hicieron las maletas con rumbo a Kansas City. Con esta situación llegó Lacey junto a otros cinco rookies: Moe Barr, Tom Black, Greg Hyder, Willie Williams y sobre todo, Nate Archibald. Ya en su primer año, Lacey se convirtió en la referencia interior de un roster muy necesitado de gente alta. 13'5 puntos y 11'3 rebotes, números similares a los de la universidad, y primera temporada de seis consecutivas en dobles-dobles.

Antes, Lacey se había metido entre los elegidos del All-Star (6 puntos, 7 rebotes en 17 minutos) y cerraría la mejor termporada de su vida terminando 10º en la carrera por el MVP de la temporada.
Tras ese año, sus números fueron cayeron significativamente hasta que en la 81-82 fue traspasado a New Jersey Nets. Allí sólo jugó 56 partidos, lo que le sirvió firmar un último contrato con Cleveland Cavaliers, donde volvió a ser titular aunque con apenas 20 minutos por noche.
Lacey abandonaba la NBA dejando tras de sí records inigualables. El pequeño niño de Indianola es el jugador que más veces se ha puesto la camiseta de los Kings (888), el que más temporadas ha permanecido en la plantilla (12), siendo el líder en rebotes, robos y tapones de la franquicia. Además, es el segundo con más minutos, y asistencias, el cuarto en tiros de campo anotados y lanzados, y el quinto en puntos. Por si todo eso no fuera suficiente, Lacey ocupa actualmente el 94º lugar en la clasificación de máximos anotadores de la historia de la NBA.
Aunque no jugó nunca en Sacramento, el legado de Sam Lacey sigue presente en los fans de la franquicia, exactamente en lo más alto del Power Balance Pavillion.