
Antes de llegar a la temporada protagonista hay que retroceder en el tiempo. Verano de 1978, los Kings -por entonces en
Kansas City- firman a
Cotton Fitzsimmons, un entrenador que únicamente había dirigido seis partidos de
playoffs en ocho años, en busca de volver a un balance positivo tras varias temporadas en negativo.
Tras firmar a Fitzsimmons, los Kings se apresuran a apuntalar el banquillo con dos agentes libres:
Marlon Redmond y al base
rookie Billy McKinney. Dos refuerzos que se unían a un quinteto formado por el veterano
center Sam Lacey,
Bill Robinzine,
Scott Wedman, y dos hombres llamados a ser estrellas en un futuro reciente:
Otis Birdsong y
Phil Ford, recién elegido número 2 del
draft.
Los Kings firmaron un record de 48-34, el mejor registro de los anteriores 14 años, pero caen en semifinales ante
Phoenix Suns por 4-1. Los cimientos ya están puestos.
Temporada '79-'80. Al igual que en el curso anterior, los Kings añaden como agentes libres a dos suplentes de caché:
Mike Green y
Ernie Grundfeld. Por si fuera poco, el quinteto se mantiene y tanto Birdsong como Ford confirman el talento que llevan dentro. Además, añaden al
roster a
Reggie King, un
forward que venía de firmar 18'4 puntos y 10'8 rebotes en su periplo universitario en
Alabama y que iba a ser de gran utilidad para dar minutos de calidad a un cansado Sam Lacey.

Con una derrota más que en el curso anterior, los Kings volvían a verse las caras en primer ronda con su verdugo del año anterior: Phoenix Suns. El destino se repetía, dejando a los Kings en la cuneta por 2-1.
Temporada '80-'81. La cuesta abajo parecía haber comenzado sólo dos años después de su comienzo. Fitzsimmons seguía contando con la confianza de la franquicia, pero el equipo no funcionaba. Costaba creer que este mismo conjunto hubiera mostrado tanto optimismo un par de años atrás y que ahora sólo era capaz de ganar 40 partidos.
Meses antes, los Kings habían traspasdao a Robinzine, clave en estos dos años, a cambio de
Joe Meriweather y la primera ronda del
draft del próximo año. Además, habían firmado a varios agentes libres de relleno como
John Lambert y
Lloyd Walton, junto al veteranísimo
Jo Jo White.A pesar de la mala liga regular, los Kings se plantaron sin complejos en
playoff. En primera ronda se cargaron a
Portland Trail Blazers por 2-1, con ambas victorias en territorio rival. En semifinales esperaba el gran rival: los Suns, y a la tercera llegó la vencida. Los Kings se colocaron 1-3 tras el cuarto partido, perdiendo el quinto y el sexto. Pero a pesar de esas dos derrotas, los Kings se rehicieron y vencieron el séptimo.

En finales de conferencia esperaban los
Houston Rockets, que con el mismo record que Kansas City se repartirían un lugar en la historia, el de ser el primer equipo con balance negativo en entrar en una final NBA. Pero los Kings no fueron el equipo que había eliminado a Phoenix. Fueron a
Texas con 1-1 como balance, pero los Rockets no dieron opción y sentenciaron en el quinto. Ahí terminaron las ilusiones de un equipo histórico, que al año siguiente se quedó fuera de los
playoffs y que se desgranó para no volverse a reunir.
Ese verano, la franquicia liquidó al equipo. Traspasó a Birdsong y a Wedman, los dos líderes anotadores de estos tres años, al veterano Sam Lacey, a Phil Ford, y confió en
Cliff Robinson,
Mike Woodson y
Larry Drew. Desastroso.
Por si fuera poco, el tejado del
Kemper Arena sufrió graves daños tras una tormenta invernal, y la franquicia fue vendida a un precio pírrico de 11 millones de dólares. Esto supuso la vuelta de
Joe Axelson como
general manager, el hombre que se desprendió de
Óscar Robertson, Norm Van Lier,
Nate Archibald y
Jerry Lucas. Un desastre más para la franquicia
Pasarían 21 años hasta que la franquicia lograse volver a unas finales de conferencia, un equipo con el que comparte el tope histórico de los Kings amén del título logrado en
Rochester.