El comisionado de la NBA, David Stern, anunció ayer en rueda de prensa, que Sacramento Kings y la ciudad de Anaheim han mantenido conversaciones serias en torno a un posible traslado hacía la ciudad de los Ducks. La fecha límite es el 1 de marzo, momento en el que los propietarios del resto de franquicias de la liga tienen que aprobar o rechazar el cambio de ciudad.
Históricamente, el All-Star ha sido algo más que un espectáculo en la cancha. Propietarios, entrenadores, jugadores y General Manager, han aprovechado su agenda para firmar traspasos, reunirse con agentes libres o, simplemente, intentar mover sus fichas y tantear su valor.
Los Kings llevan pidiendo a gritos un cambio de cancha, algo que nunca se ha llegado a concretar, a pesar de las múltiples proposiciones realizadas. La última esperanza fue la llegada a la alcaldía de la ciudad de Kevin Johnson, que supuso una alegría. Un ex jugador como él sería vital para conseguir un nuevo pabellón, pero ni así. Nada se le puede reprochar al alcalde, muy implicado y constantemente pensando en una posible solución.
Siempre que han salido este tipo de rumores, los Maloof se han cuidado de hablar bien de la ciudad, de presentarse como unas víctimas más en este proceso, pero la realidad es que han jugado con una doble moral. A su favor, las pérdidas que la franquicia lleva acumulando en los últimos años, y el apoyo muy minoritario del público de la ciudad, apartado del equipo desde los años gloriosos de principio de siglo.
Esta vez parece mucho más creíble que las anteriores, y quizás estemos ante los últimos 29 partidos de Sacramento Kings, que de llegar a Anaheim pisarían la pista del Honda Center. El mero hecho de que David Stern confirme por primera vez la existencia de contactos, dice mucho del rumor.
Históricamente, el All-Star ha sido algo más que un espectáculo en la cancha. Propietarios, entrenadores, jugadores y General Manager, han aprovechado su agenda para firmar traspasos, reunirse con agentes libres o, simplemente, intentar mover sus fichas y tantear su valor.
Los Kings llevan pidiendo a gritos un cambio de cancha, algo que nunca se ha llegado a concretar, a pesar de las múltiples proposiciones realizadas. La última esperanza fue la llegada a la alcaldía de la ciudad de Kevin Johnson, que supuso una alegría. Un ex jugador como él sería vital para conseguir un nuevo pabellón, pero ni así. Nada se le puede reprochar al alcalde, muy implicado y constantemente pensando en una posible solución.
Siempre que han salido este tipo de rumores, los Maloof se han cuidado de hablar bien de la ciudad, de presentarse como unas víctimas más en este proceso, pero la realidad es que han jugado con una doble moral. A su favor, las pérdidas que la franquicia lleva acumulando en los últimos años, y el apoyo muy minoritario del público de la ciudad, apartado del equipo desde los años gloriosos de principio de siglo.
Esta vez parece mucho más creíble que las anteriores, y quizás estemos ante los últimos 29 partidos de Sacramento Kings, que de llegar a Anaheim pisarían la pista del Honda Center. El mero hecho de que David Stern confirme por primera vez la existencia de contactos, dice mucho del rumor.
