"Todo el mundo aquí está cansado de perder" decía Greivis Vasquez (10 puntos, 2 asistencias) al terminar el partido contra Phoenix Suns. Es cierto que sólo es pretemporada y que de poco vale que Sacramento Kings sea líder del Pacífico con un balance de 3-1. Pero tras tantos años viendo más derrotas que triunfos, al aficionado le gusta lo que tiene delante.
Lo mejoro de todo es ver como DeMarcus Cousins (29 puntos, 9 rebotes, 6 robos) crece un poquito más cada día. Anoche, ninguno de los interiores de los Suns logró parar al ex de Kentucky. Ya en la primera mitad se fue con 8/12 en tiros de campo, además de un 8/13 en tiros libres. Cousins acabó con siete tiros de campo fallados, pero lo más interesante es que una vez más volvió a leer a la perfección el partido.
El center acabó con sólo dos lanzamientos desde fuera de la zona. El primero, cuando la bocina sonaba anunciando el final de la primera mitad, y el segundo, con la defensa de Marcin Gortat (12 puntos, 6 rebotes) que el tiro era bueno e inevitable.
Pero Cousins no sólo lideró en ataque sino que también lo hizo donde menos gusta a los jugadores. Su defensa, con 6 robos, varias intimidaciones y dos faltas en ataque recibidas, alentó a unos Kings que sólo necesitaban que alguien más se uniera al recital del pívot.
A esa llamada contestó Jimmer Fredette (23 puntos, 5 asistencias). Suyos fueron tres triples que pusieron a los Kings por encima de la decena por primera vez en el partido, y suyos fueron otros dos triples para sumar un parcial de 19-6 decisivo. Del 71-78 del final del tercer período, al 77-97 de mitad del último. Los Suns vivieron hasta que el escolta quiso.
El aspecto negativo del equipo fue la defensa de la zona cuando Cousins no estaba en cancha. Tanto Jason Thompson (6 puntos, 6 rebotes) como Patrick Patterson (7 puntos, 5 rebotes) se vieron superados por Miles Plumlee (5 puntos, 5 rebotes) o Gortat hasta conceder un total de 15 rebotes en ataque.
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