A mitad de tarde -hora española, mediodía en Sacramento- el periodista Adrian Wojnarowski soltaba en su cuenta de twitter un bombazo informativo: los hermanos Maloof habían llegado a un acuerdo para vender el 65% de los Kings a un grupo inversor de Seattle liderado por Chris Hansen.
Aunque en un principio poca gente se dio cuenta, justo un día antes del anuncio de Wojnarowski se había informado de que Virginia Beach -una de las candidatas a recibir a los Kings- se salía de la puja por problemas de financiación para la construcción del nuevo pabellón.
Durante dos días, todo fue caos en Sacramento y multitud de rumores salieron a la luz. Hasta la aparición de Mark Mastrov. El actual propietario minoritario anunciaba que ya había presentado una oferta en firme a los Maloof para comprar la franquicia y mantenerla en la capital de California. Su oferta era ligeramente inferior a la del grupo de Seattle, pero venía acompañada de otros inversores como Ron Burkle -también propietario minoritario- , Greg Van Dusen -el hombre que llevó a los Kings a Sacramento- o el jefe de la empresa Sleep Train, patrocinadora del pabellón.
La baza de Mastrov es que al no tener que pagar gastos de recolocación podría conseguir la franquicia a un precio menor. A estas alturas de la película, ya se había informado del interés de David Stern, entonces comisionado de la NBA, en que el equipo se quedara en Sacramento.
Apenas tres días después del anuncio de Mastrov, Stern anunciaba que permitía a la ciudad realizar una contra oferta por la franquicia. El acuerdo con Seattle tendría que esperar, al menos hasta el 1 de marzo, para ver de que era capaz la capital.
Durante días el tema parecía parado. Con el entonces alcalde Kevin Johnson gestionando en la sombra, se conocía una de la razones ocultas del interés de ciertas personas en mandar una franquicia a Seattle. La votación que permitiría llevar a los Kings al norte estaba liderada por Clay Bennett, propietario de Oklahoma City Thunder que se comprometió a que Seattle tuviera una franquicia antes del final de la temporada 2012-2013. Sino, tendría que pagar 30 millones de dólares a la ciudad.
El 25 de enero -y después de que Johnson consiguiera que 20 empresarios locales se comprometieran a aportar un millón de dólares cada uno- salía a la palestra otro nombre: Larry Ellison. El entonces tercer hombre más rico de Estados Unidos había intentado ya comprar los Golden State Warriors pero su oferta había llegado fuera de plazo, y se reuniría con Kevin Johnson en los días posteriores.
Con esto llegamos al All-Star. Allí, Stern anunció que no tenía planeado una nueva expansión de la Liga pero también dio esperanza a los aficionados de los Kings. "La idea de abandonar Sacramento no es buena", y añadió que aunque había "un buen potencial grupo de propietarios" quedaba "mucho trabajo por hacer" en Seattle. Por primera vez, las opciones de los Kings para mantener al equipo parecían más que reales.
El 1 de marzo, con corbata morada y una bandera de EEUU de fondo, el alcalde Johnson anunciaba el plan que llevaría a Mastrov y Burkle a comprar y mantener a los Kings en Sacramento. A su vez, se informó de las intenciones de Mastrov para devolver la WNBA a Sacramento.
Y algunos lectores se preguntarán. ¿Y Vivek Ranadivé cuando aparece?
No fue hasta el 21 de marzo cuando el actual propietario mayoritario de los Kings entró en escena. Habían pasado ya más de dos meses desde el anuncio de Wojnarowski y multitud de pretendientes: Burkle, Mastrov, John Kerihotis, Ellinson...y finalmente, Ranadivé. Desde el principio se supo que las intenciones de Vivek pasaban por comprar una gran parte de la franquicia. No iba a ser un propietario minoritario.
Tres días después, Kevin Johnson anunciaba que ya tenía un acuerdo con Ranadivé, Mastrov y Burkle para construir el nuevo arena. El pabellón iba a costar 448 millones de dólares, de los cuales 258 saldrían de las arcas de la ciudad.
El 4 de abril, Johnson, Ranadivé y el senador californiano Darrell Steinberg defendían el proyecto de Sacramento para mantener a los Kings. El pabellón estaba en mente, los inversores ya habían llegado y Seattle parecía estar cayendo rápidamente. Hasta que llegó otro día clave en la historia.
El 30 de abril el Consejo de Propietarios aprobaba por unanimidad -7 a 0- que los Kings no se trasladen a Seattle. Sin embargo, este movimiento tenía que ser ratificado el 13 de mayo. Sólo quedaba un pequeño paso para que la historia acabara con final feliz para los aficionados de los Kings.
Pero incluso antes de esa aprobación definitiva, Ranadivé dio un gran paso comprando el 50% de la franquicia. Se rumoreaba que el actual propietario había pagado ya unos 171 millones de dólares. Y así llegó el gran día.
El 15 de mayo, David Stern confirmaba que el Consejo de Propietarios votaba a favor de mantener a la franquicia en California por un 22-8. El comisionado declaraba que esperaba "llegar a un acuerdo para transferir la propiedad al grupo de Ranadivé". Además, destacaba que en las próximas horas iba a celebrarse una reunión para facilitar la venta de los Maloof a Vivek. El acuerdo con el grupo de Seattle quedaba anulado.
La pesadilla había llegado a su fin y se había convertido en un sueño dulce. Los Kings iban a mantenerse en Sacramento durante al menos 35 años más. La votación en el Ayuntamiento así lo había dictaminado.
En los próximos meses se conocería que Chris Hansen había pagado 100.000 dólares a la plataforma anti-pabellón de Sacramento con la intención de que recogieran firmas por el tipo de financiación del pabellón. También se harían públicas las fechas de construcción e inauguración -en octubre de 2016- o las intenciones de organizar el All-Star de 2019.
5 comentarios:
Nunca hay que olvidar lo que fueron esas pequeñas batallas para finalmente ganar la guerra.
Vivek se podrá mandar muchas cagadas, pero el crédito que tiene es grande por lo que hizo para mantener a la franquicia en Sacramento. Me duele cada frustración del equipo justamente por eso...Vivek y KJ sobre todo, pusieron fin a un problema de 1 década, espero que tengan la mejor de las suertes, se lo merecen.
@Matias
Lo que se peleó y sufrimos aquellos días...al menos terminó bien.
Sí, siempre habrá que agradecerle a Vivek y KJ lo que trabajaron. Seguramente sin ellos el equipo estaría bastante más al norte de California.
Saludos!
Vaya sufrimiento aquello. Yo recuerdo que lo seguí por tu blog, todos los días me leía la sección de deportes del Sacbee de pé a pá, un día vendían la franquicia, el otro día salía un inversor local con otra oferta... fue una pesadilla. Nos corre sangre púrpura por las venas, y ojalá podamos contar a nuestros hijos las glorias de nuestro equipo. Mi sueño sería ver un partido en el Arco Arena (el nuevo o el viejo, qué más dá). No me gustaría morirme sin tener la oportunidad de ver a los Kings en directo. Los pelos como púas se nos pondrían eh? Es una franquicia de mucha pasión y atractivo. Aquí gozamos con Gay y Rondo, en vez de marginarlos e insultarlos como hacen en otros equipos. La gente no entiende la pasión de los aficionados de Sacramento, cómo quieren a las estrellas allí y lo bien que se trata a todos los jugadores. Está el caso de Josh Smith que está totalmente marginado en Clippers. Yo estoy seguro que de 4 titular en Sacramento este chaval reviviría, y ni faltas de actitud ni nada, un quinteto Rondo-McLemore-Gay-Smith-Cousins irían todos a una. La gente dice que con este equipo no se puede optar a nada. No estoy para nada de acuerdo, de hecho habría que ver las estadísticas porque casi todos los partidos los perdemos por 5 puntos, máximo 10, en muy pocos no competimos o no tenemos opciones. Se trata de cerrar los partidos y saber conservar las ventajas.
GO KINGS. SOMOS ETERNOS AMIGOS
@Fernando
Esas últimas 3 líneas de tu comentario son una gran verdad. A veces pequeños detalles como esos hacen que ganes 4 o 5 partidos más y eso es clave para subir algunos puestos. Para mi, saber finiquitar partidos es la diferencia entre un buen equipos o un equipo mediocre y aún estamos en el punto intermedio. Falta un punto.
Saludos!
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