Las casualidades del deporte tienen cosas como que, justo la semana en que se cumplen dos meses del despido de Mike Malone como entrenador de Sacramento Kings, la misma franquicia firme un nuevo entrenador. Dos meses de ridículo y decisiones sin sentido que, posiblemente, acabarán con Tyrone Corbin fuera de la franquicia.
Anoche volvía a resonar con fuerza el interés de la franquicia en firmar a George Karl como entrenador principal. De hecho el general manager de los Kings, Pete D'Alessandro, viajó ayer a Denver para negociar personalmente con el entrenador. El interés de Orlando Magic por firmar al veterano coach ha hecho darse cuenta a la franquicia que dirige Vivek Ranadivé de la importancia de firmar definitivamente a Karl.
Al parecer, el día de hoy es clave en las negociaciones, aunque el fin de semana del All-Star podría ser efectivo del todo. Las únicas diferencias entre franquicia y entrenador son en términos económicos y de duración del contrato. Según las distintas informaciones de Sam Amick o Adrian Wojnarowski, los propietarios más reticentes a contratar a Karl son aquellos cuyo peso en la franquicia es menor.
La firma de Karl en este momento de la temporada tiene mucho sentido. Principalmente porque de esta manera, el futuro entrenador podrá trabajar desde ya en la planificación de la plantilla, sistemas ofensivos y defensivos, y distintas pruebas que considere necesarias. Además, de esta manera, los Kings no tendrán que pelear contra equipos más interesantes por firmar un entrenador. Por ejemplo, la franquicia ha mostrado interés en Alvin Gentry, pero también en dos entrenadores que actualmente tienen un banquillo importante y también prestigios como Tom Thibodeau y Scott Brooks.
Si finalmente los Kings deciden prescindir de Corbin, sería la segunda vez, en los 66 años de historia de la franquicia, que el equipo tiene tres entrenadores durante una misma temporada.
El único precedente data de la campaña 73-74 cuando la franquicia jugó con el nombre de Kansas City - Omaha Kings. Ese año, Bob Cousy comenzaba su quinto curso como entrenador de los Kings pero sólo duró 20 partidos -6-14 de balance-, fue sustituido cuatro partidos por Draff Young -que no volvería a entrenador jamás en la NBA- y finalmente por Phil Johnson, que llevaría al año siguiente al equipo a semifinales de conferencia por primera vez en ocho años.
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